La
historia que traemos hoy no es agradable. No es un cuento para que los
niños duerman plácidamente por las noches. Esta historia es terrible
porque es real, tan real como un fascismo que sigue existiendo porque su
foco de origen nunca fue eliminado.
Esta
es la historia de unos estudiantes que se hartaron de sufrir
agresiones, de ser constantemente amenazados, de sufrir en sus carnes la
violencia. Como la sufrieron cuando fascistas entraron armados con
machetes a amenazar de muerte a los estudiantes en huelga el día 24 de
octubre. Por aquel hecho no se produjo ninguna detención. El capitalismo
sabe que necesita a los fascistas como brazo armado para utilizarlos
para atacar a los que protestan contra la miseria que ese mismo
capitalismo genera.
Sin
embargo, algo tiene esta historia en común con los cuentos de los
niños, un villano, villana en este caso. El papel lo ocupa la siniestra
figura de Cristina Cifuentes, delegada del gobierno en Madrid y sus
lacayos de la Brigada de Información.
Así,
si los estudiantes el día 20 de Noviembre, día especialmente señalado
para recordar lo que es el fascismo, deciden armarse de valor y
responder ante la violencia fascista, en la madrugada del 28 nada menos
que 17 estudiantes eran sacados de sus casas, siendo humillados delante
de sus vecinos y familiares, o bien eran llamados por teléfono. El
mensaje de los villanos era claro: "o se entregan o los pondremos en
busca y captura y entonces será mucho peor".
A
lo largo de la jornada se produjeron otras dos detenciones hasta sumar
19, algunas de ellas sin relación alguna con los hechos del día 20. Y es
que la sed de sangre de la delegada del gobierno no conoce límites.
Cualquiera
podía ser señalado como "enemigo del orden", ya fueran comunistas,
bukaneros, anarquistas o feministas. Los medios y la propia delegada del
gobierno no tardan en categorizarlos como "personas de extrema
izquierda". Pues bien, no dudamos en afirmar que si alguien califica el
antifascismo como algo extremo está poniendo una alfombra roja a la
dictadura.
No
les basta con intentar hacernos padecer de mal de Alzheimer, la
persecución al que protesta no conoce límites. Esta tarde cientos de
personas se concentraban frente a la Comisaría de Moratalaz para arropar
a los detenidos. Sin ninguna clase de provocación y sin aviso previo
las fuerzas de represión cargaron brutalmente, produciendo varios
heridos que debieron ser trasladados a los hospitales. Esos que, como la
educación, también se encuentran siendo saqueados por los malos de esta
historia.
Las
fuerzas policiales, los oscuros esbirros de Cifuentes, rondaban la zona
patrullando con sus furgonetas, similares a los camiones que el falangismo
llenaba de "rojos" en tiempos pasados, deteniendo a todo aquel que les
fuera bien en ese momento. Hasta 11 personas fueron detenidas, sumando
un total de 30. La justificación de las detenciones no podría demostrar
más hipocresía: ¡Violación de los derechos fundamentales!
Debemos
disculparnos por relatar estos hechos de forma tan literaria, pero a
nosotros mismos nos cuesta asumirlo sino es como parte de una historia
macabra. Los detenidos han sido llevado todos a los calabozos de
Moratalaz, empezando ya tarde a tomar declaración y pasando,
probablemente, a disposición judicial este mismo sábado. Todo esto llega
un día después de que militantes antifascistas fueran igualmente
arrestados en Sevilla.
Llamamos
desde FES a multiplicar las acciones y comunicados en solidaridad con
los detenidos y en rechazo a la represión sufrida. Si la policía y el
fascismo campan a sus anchas por las universidades, si
los fascistas son protegidos por el régimen, el sentimiento
antifascista debe ser asumido por todo el pueblo o el pueblo volverá a
verse aplastado por un par de botas de cuero. La historia no puede
repetirse.
Se
convoca hoy viernes 29 en Zaragoza concentración frente a Delegación
del Gobierno a las 19:00. Por la inmediata libertad sin cargos de los
detenidos y la dimisión de los responsables de la escalada represiva.
¡Acude! ¡Difunde!
¡Fascismo nunca más!
¡No pasarán!
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